Escándalo de las condecoraciones

[4]​ Entre sus cómplices,[5]​ se contaban el general Caffarel, y dos madames (la señora Limouzin y la señora Ratazzi), quienes revelaron a la policía que estas condecoraciones se negociaban en sus prostíbulos, a raíz de la denuncia de una antigua prostituta, Henriette Boissier.

La calle, los periodistas, la clase política, pero sobre todo Georges Clemenceau y Jules Ferry utilizaron este asunto para presionar al presidente Jules Grévy y lo empujaron a la dimisión el 2 de diciembre, después de una votación en el Parlamento.

[6]​ Este último, protegido por su inmunidad parlamentaria, continuó con su escaño en el hemiciclo.

Acabó siendo procesado en 1888, pero fue absuelto por motivos legales: había sido denunciado por el cargo de «corrupción de funcionario», pero como legalmente un diputado no podía ser considerado como funcionario, el procedimiento había sido declarado nulo.

Una canción satírica, escrita por Emile Carré en el momento del escándalo, multiplica los juegos de palabras para nombrar a los protagonistas del asunto.

Jules Grévy , presidente de la República en el centro del escándalo (Retrato oficial, por Léon Bonnat ).
Legión de Honor en grado de Oficial (versión republicana).