Pedro Carrillo de Huete

Desde entonces, ganada la confianza del rey, este lo utilizó en delicadas misiones diplomáticas, en especial en la entrega de mensajes y despachos regios que exigían cuidadosa interpretación.En esta negociación conoció al mensajero del infante Enrique, que era el famoso escritor Fernán Pérez de Guzmán, señor de Batres.En 1423 medió en solucionar el incumplimiento por parte del obispo de Segovia Juan de Tordesillas de lo pactado en Montalbán con el rey: realizar un inventario del Tesoro regio contenido en los alcázares segovianos; aunque el rey había conseguido del Papado la mediación del obispo de Zamora Diego de Fuensalida, prefirió enviar a Pedro Carrillo con treinta caballeros armados por si la amonestación del papa no fuera suficiente.Un año más tarde presenció los más fastuosos festejos de la época, las famosas justas celebradas en Valladolid durante el mes de mayo de 1428 que cantó Jorge Manrique; su Crónica los describe denotando su admiración.Esto le da una gran veracidad histórica, pues aporta casi doscientos documentos, cuarenta de ellos en versión íntegra.