En el ámbito familiar existía un gran interés por la música, su padre tocaba la cítara y su abuelo había sido pianista.Filiberto rememora años después, la noche en que Xul lo lleva a escuchar la Novena Sinfonía de Beethoven al Teatro Colón.[1] Fue una persona de carácter polifacético, versado en astrología, ciencias ocultas, idiomas y mitologías.[10] Con la intención de convertirse en monje tibetano, se embarca rumbo a Hong Kong en abril de 1912, pero al llegar a Londres decide permanecer un tiempo en Europa, período que se extendería por doce años, residiría en París, Florencia, Milán y Múnich.En París, durante una breve visita en 1914, conoce Aleister Crowley, un ocultista de reconocida fama.Poco espacio dejaba esta situación para la singular estética de Xul o Pettoruti.También se incorpora a la revista Martín Fierro donde nace su amistad con Jorge Luis Borges y Leopoldo Marechal; este último crearía el personaje del astrólogo Schultze, para su novela “Adán Buenosayres”, inspirado en Solar.Solar era doce años mayor que el escritor, quien había publicado recientemente su primer libro de poesía.Inspirado en esta idea, Borges escribiría en 1940, el cuento "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius".[20] Pintó acuarelas aludiendo a temas festivos, marchas y rituales, en sus pinturas aparecen banderas argentinas y de otros países, especialmente latinoamericanos, esto concordaba con el criollismo urbano que proponía la revista Martín Fierro.También expone junto a Norah Borges, Juan Del Prete, Héctor Basaldúa, Pedro Figari, Thibon de Libian y Quinquela Martín, entre otros, en la “Primera Exposición Permanente de Arte Argentino” del Salón Florida.En el mismo año se publicaron dos entrevistas, en “Almanaque de la Mujer” y en “La Nación”.Al final agrega “(esto está e criol, o neocriollo, futur lenguo del Contenente)”.[2] En julio de 1940, vuelve a realizar una exposición individual, exhibe veinticinco obras en “Amigos del Arte”.Su infancia y adolescencia transcurrió en Vigevano, localidad ubicada a 30 km de Milán.Luego se formó en Venecia en movimientos de filosofía, historia y tradiciones universales.Ella fue muy importante para Xul, además de su esposa, él la consideraba su amiga y su "cuidra”, que en neocriollo significa cuidadora.Xul la denomina “Li-Tao”, nombre formado por la sílaba “Li” que corresponde al apodo “Lita”, su esposa; y “Tao”, principio supremo e impersonal de orden y de unidad del universo, según la filosofía oriental.[43] Por estos años encara proyectos de arquitecturas y fachadas para las casas en el Delta.se radica allí hacia fines de la década, donde trabaja y reside hasta su muerte en 1963.Traduce del inglés al neocriollo El maestro dijo, de su fundador Paramahansa Yogananda.En agosto del mismo año dicta la “Conferencia sobre la lengua”, en el Archivo General de la Nación.Consiste en un análisis del idioma español, al que Xul considera imperfecto, expone sobre la necesidad de emprender la búsqueda para una comunicación más simple entre los pueblos.En 1924, de regreso en Argentina, adopta símbolos tales como señales, letras, banderas, símbolos religiosos como la cruz y la estrella de David; números, flechas, signos del tarot, alusiones a las creencias orientales como la serpiente, el dragón y el pájaro.También en 1949 pinta la serie de cuatro “plurentes”, rostros que se superponen y multiplican.De este mismo año son sus obras “musicales”; Impromptu con Chopin (1949), Cinco melodías (1949) y Coral Bach (1950).[53] Versión en neocriollo: «núo hi hial´ diáfano pro empiéöme, el signo, grande ante mí, está claro en xeól umbro; escali trépölo, entón encima fórmesele otro signo igual ke tamién trepö, i hidem idem, i así muitas vezes asta ke cánsömene, ya mui alti».Versión en español: «desnudo y tan diáfano como el hielo empiezo a moverme adelante, el signo, grande delante de mí, está claro en la sombra infernal; lo trepo escalando, entonces encima se le forma otro signo igual que también trepo, y hago lo mismo otra vez, y así muchas veces hasta que me canso, ya muy alto».las piezas son planetas que navegan por las constelaciones del zodiaco, pero también son consonantes que, al caer en las combinaciones silábicas de las casillas, pueden formar palabras inventadas, el número de combinaciones es infinito.El tablero tiene una función cósmica, los movimientos son indicados por la carta astral de cada jugador.