[1] Alentado por su padre, Francesco, ingresó en el Conservatorio de San Pietro a Maiella de Nápoles y tiempo después (en 1907) emigró a Argentina, prosiguiendo sus estudios en la Academia Santa Cecilia de Música.
Se casó con Sara Bagnati y junto a ella abrió la Academia Scaramuzza en 1912 en Buenos Aires.
Entre sus discípulos más eminentes se cuentan a: Entre sus pocas composiciones se recuerdan al Bosco incantato (‘el bosque encantado’) y Amleto (‘Hamlet’), ambas obras de música de cámara.
Según la pianista argentina Martha Argerich, Scaramuzza poseía un estilo muy italiano, orientado al «sonido cantábile» y «redondo».
[4] Otras publicaciones recientes sobre su vida son Vincenzo Scaramuzza: il maestro dei grandi pianisti.