Obélix

Él no puede volver a beber de esa poción, ya que los efectos secundarios son terribles.

Gracias a su extraordinaria fuerza, se convirtió en el tallador y repartidor de menhires de la aldea gala en la que habita, por lo que es común verlo pasear por ella cargando uno en su espalda sin ningún esfuerzo.

Inicialmente, el pequeño Obélix era un niño débil y tímido del que abusaban los demás infantes de la aldea, aunque Astérix, que ya en ese tiempo era su mejor amigo, se encargaba de protegerlo.

Cuando Obélix fue a beber, cayó dentro de la olla y permaneció tanto tiempo sumergido, que los efectos se hicieron permanentes.

Él no es completamente consciente de su propia fuerza y casi siempre rompe alguna puerta que toca «suavemente».

Tiene poco interés en temas de educación formal o de actividades intelectuales, ya que su gran fuerza por lo general resuelve sus problemas y a menudo deja las decisiones o planes a Astérix.

Obélix es un fanático de las peleas y no duda en usar su fuerza bruta en cuanto tiene la oportunidad.

Tienen principal protagonismo en Obélix y compañía,[3]​ donde son producidos de forma continua para ganar dinero.

Esta es una marca que se realiza a pie de página cuando un asterisco ya ha sido utilizado.

Su voz fue puesta por Jacques Morel en las tres películas que se hicieron en las décadas de 1960 y 1970.

Su primera aparición en los libros surgió en forma de cómic en 1961, pero ellos aparecieron dos años antes en la revista Pilote.

Los libros han sido traducidos a 107 lenguas y alcanzan un total de 1460 ediciones.

La principal novedad de estas llegó en 1999 cuando el director Claude Zidi se aventuró en darle vida a estos personajes.

Se hicieron dos películas más a imagen real, pero la principal novedad llegó en 2014 con la tecnología 3D.

El gran salto lo dieron en 2003, llegando a la nueva familia de videoconsolas: Astérix y Obélix XXL salió para la PlayStation2.

Cosplay de Obélix.
Astérix y Obélix en una pintura mural en Hagen .