Los romanos han vuelto a sufrir un encontronazo con los galos en el bosque, lo cual provoca que el centurión del campamento tome medidas: decide secuestrar al druida, para que no haga más poción mágica, y así poder conquistar la aldea.
Al levantar, para desgracia del pueblo, ha enloquecido, y no recuerda a nadie de la aldea, ni la receta para preparar la poción mágica.
En ese momento, un adivino llamado Prólix llega a la aldea, y pide cobijo durante la lluvia.
El druida sigue mientras tanto preparando pociones, mientras los dos protagonistas miran, con la esperanza de que consiga reencontrar la fórmula deseada.
Aunque llega a tirarle otro pedrusco, esta vez no lo lesiona, y el druida continúa curado.
Con Panorámix cuerdo de nuevo, los aldeanos marchan al campamento romano, donde las mujeres, las principales engañadas por el adivino, dan a éste su merecido.
Además, Caius Botus es enviado especial de Julio César, para comprobar si el centurión ha vencido realmente a los galos.