Nuévalos

Se han encontrado cerámicas celtibéricas y romanas, siendo más frecuente la sigillata.

En 1228 ya poseía la iglesia, que fue una donación del obispo de Tarazona García Frontín I.

Los reyes posteriores confirmaron dicha donación y para 1328 ya estaba constituida la encomienda, siendo su comendador Bartolomé de Morlanes.

En 1362, el rey castellano exigió la entrega de la ciudad, ya que su fortaleza era inexpugnable, pero la localidad resistió pese a que habían caído otros lugares de la comarca como Calatayud.

En un nuevo ataque perpetrado dos años después, los castellanos tampoco lograron ocupar la plaza.

En esa época, la localidad producía trigo, cebada, centeno, maíz, judías y vino, además de buenas legumbres y verduras; en cuanto a ganadería, el ganado lanar era numeroso.

En su entorno se encuentran diversos saltos de agua espectaculares, así como cavernas.

Los edificios que forman el conjunto están distribuidos en torno a un claustro central, de planta sensiblemente cuadrada y que abre al patio mediante arquerías ojivales de traza muy sencilla sin decoración escultórica.

El edificio consta de un patio estrecho con muros a ambos lados que están cimentados sobre el precipicio.

Anexo al castillo se sitúa el palacio de los comendadores, edificado en el siglo XVII, y que actualmente es la Casa Consistorial.

La torre de Nuévalos está situada no lejos del castillo, aunque a una cota más baja.

[18]​Se reconstruyeron en 1850, para obtener sal para una industria química situada en Calatayud, y estuvieron en actividad hasta la década de 1960, cuando se abandonaron debido a la baja rentabilidad.

Panorámica de Nuévalos
Casa consistorial
Exterior del monasterio de Piedra , fundado a finales del siglo XII
Iglesia de San Julián, que se alza en la parte alta del municipio
Torre del castillo de Nuévalos
Ermita de la Virgen de los Alvares, de planta de cruz latina
Embalse de la Tranquera con Nuévalos en primer plano