[1][2][3] Si bien algunos han atribuido la nariz aguileña a grupos étnicos, raciales o geográficos específicos, y en algunos casos la han asociado con otras supuestas características no físicas (por ejemplo la inteligencia, estatus, y personalidad), no hay estudios científicos o la evidencia respalda cualquier vínculo de este tipo.Ambas tienen una curvatura hacia abajo en la punta, lo que les da una apariencia similar.[9]El estudio del profesor Abraham Tamir afirma que un 9% de la población mundial tiene nariz romana.Sin embargo, Maurice Fishberg en Judíos, raza y medio ambiente (1911) cita estadísticas muy diferentes para negar que la nariz aguileña (o "nariz de gancho")[13] sea característica de los judíos, sino más bien para mostrar que este tipo de nariz ocurre en todos pueblos del mundo.[17] Es tan importante como marcador cultural, argumentó Renee Ann Cramer en Cash, Color, and Colonialism (2005), que las tribus sin tales características han tenido dificultades para recibir "reconocimiento federal" o "reconocimiento" del gobierno de los Estados Unidos, que es necesario para tener una relación continua de gobierno a gobierno con los Estados Unidos.[26][27] Entre los coptos y Felah de Egipto, según se informa existen tres tipos nasales: uno con una nariz estrecha y aguileña acompañada de una cara delgada, mandíbula delgada y labios finos; en segundo lugar, una nariz enraizada ligeramente más baja, recta a cóncava, acompañada de una cara más ancha e inferior, una mandíbula fuerte, mentón prominente, moderadamente ancho; en tercer lugar, una nariz ancha en cualquiera de los dos, incluidos aquellos con pómulos altos y bajos.Entre ellos se encontraban Dante Alighieri, "todos los hombres principales del Renacimiento", así como el Rey David.Grant identificó a Jesucristo como poseedor de esos "atributos físicos y morales" (énfasis agregado).