Seti II

En el momento de la sucesión Egipto estaba en una situación muy precaria, con las fronteras bien protegidas pero con gran inestabilidad interna, y fue el momento idóneo para un golpe de Estado que impidió que Sethy II, el heredero legítimo, asumiera el trono.

Se desconoce quién estaba detrás de esta maniobra política, en la que el príncipe Amenmeses, quizás el propio hijo de Sethy II, se convirtiera en faraón y rompiese los contactos con la familia real que habitaba en Pi-Ramsés.

Pudo haberse dado una guerra civil, pero no hay datos de ella, y probablemente no llegó a suceder debido precisamente a que los bandos estaban tan igualados y debilitados que una acción bélica habría sido el detonante de una invasión extranjera.

Amenmeses fue un monarca efímero; apenas estuvo tres años sobre un trono compartido, posiblemente, con su padre.

Tras esto, Sethy II asumió el poder absoluto sobre todo el país y se dedicó a borrar la memoria del usurpador.

Estatua de Setti II, hallada en Karnak . Museo del Louvre .