El objetivo de la ocupación era impedir que Japón se convirtiera nuevamente en una amenaza para su seguridad.
acometió la des-militarización de Japón, y se cerraron las fábricas destinadas a la industria bélica.
Según las potencias ocupantes, el objetivo base de la ocupación era impedir que Japón se convirtiera nuevamente en una amenaza para su seguridad y con esta finalidad: Más tarde se estableció la nueva constitución de 1947, la cual fijó al gobierno con base en una monarquía parlamentaria y dispuso una firme separación de los poderes.
El Poder Legislativo en dos cuartas partes elegía al Primer Ministro que sería único jefe del Poder Ejecutivo, mientras que el emperador asumiría un rol puramente protocolar, sin influencia política.
Con esto, Japón dejaba atrás el modelo monárquico inspirado en Prusia e instaurado tras la Restauración Meiji que permitía al emperador una amplia influencia sobre ministros y decisiones gubernamentales.
En lo que se refiere al comercio, Estados Unidos advirtió que, pese a la destrucción causada por la guerra, el capital humano japonés conservaba sus conocimientos y aptitudes, por lo cual se impulsó la reconstrucción económica del país.
Si bien los salarios reales se mantuvieron bajos, y se desalentó en la práctica a los sindicatos, se compensó ello con un sistema de amplios subsidios estatales en salud y educación, copiando los esquemas del New Deal estadounidense, hasta que el crecimiento económico permitió que la oferta y demanda generase un incremento real en los ingresos del proletariado japonés y, sobre todo, una mejor en el nivel de vida de la población.
Esta industria repercutió en todo el mundo y alcanzó los mayores márgenes de crecimiento.