También desarrolló una política de lucha contra la inflación plasmada en los llamados "Bonos MEFO".
Durante este periodo, se logró combatir la hiperinflación alemana en los años 20.
Tras la Segunda Guerra Mundial la economía alemana se encontraba en ruinas como consecuencia de la destrucción que había experimentado durante dicho conflicto.
Esta situación se agravaba más ante la total incertidumbre con respecto al futuro político del país, lo cual desestimulaba cualquier posible intervención.
Tanto las empresas afectadas en su rentabilidad (carbón, acero) como aquellas en crecimiento (química, electrónica) llegaron a importantes acuerdos para programar sus inversiones.
En la siderurgia se destacó Thyssen, Krupp, Hoescht y Mannesmann, quienes aportaron las tres cuartas partes del total de la producción; la química se desarrolló sobre grupos empresariales: BASF, Hoescht y Bayer.
La segunda se unió al Bloque Comunista y se adentró por los caminos del comunismo, la economía planificada, centralizada y dirigida fueron características de tales sistemas.
En ese proceso, además de los citados recursos, varios factores contribuyeron: El pueblo estaba dispuesto a trabajar largas horas para que el aparato productivo se recuperara.
Pese a la destrucción, muchas estructuras industriales no militares sobrevivieron relativamente indemnes al conflicto.
Hasta 1965, la producción industrial era cinco veces mayor que la anterior a la guerra.
Las medidas «de choque» adoptadas por Erhard, encontraron en un principio un fuerte rechazo, ya que tal como se esperaba, sus resultados iniciales parecían imponer castigos aún mayores a una sociedad que había alcanzado el límite del sufrimiento.
Todo el mundo parecía ser partidario del camino de las estrategias graduales.
La inflación se redujo considerablemente, y el marco alemán paso a convertirse en una de las monedas mejor valoradas del mundo.
Tras la Segunda Guerra Mundial, surgieron nuevos enfoques económicos que influirían en los países occidentales.
[12][13] Ya en el año 1942, Eucken exigía un cambio total del orden económico.
[14] Sin embargo, estas medidas económicas liberales fueron acompañadas desde un comienzo por una modalidad del estado de bienestar llamado Estado subsidiario que, entre otras cosas, creaba incentivos para el pleno empleo y brindaba cierto nivel de asistencia social.