Nació en Granada donde su padre fue nombrado por los Reyes Católicos alcalde perpetuo de la Alhambra,[1] en el palacio del sultán Yusuf III.
[1] En 1511 se celebró el matrimonio y en 1516 nació su único hijo, Pedro, que murió niño.
Sin embargo, las rivalidades entre los comuneros provocaron su sustitución por Pedro Girón y Velasco, ante lo cual Padilla regresó a Toledo.
Al recibir las malas noticias sobre Villalar, María cayó enferma y se vistió de luto.
Para mantener el orden en Toledo, María llegó a apuntar los cañones del Alcázar contra los toledanos.
[1] Mientras tanto las tropas realistas, con diversos combates de abril a agosto, cercaron finalmente Toledo.
No obstante, la sublevación fue sofocada por las tropas realistas al día siguiente.
Con un pequeño séquito que la esperaba junto al Tajo, se dirigió a Escalona, donde su tío el marqués de Villena en Escalona se negó a hospedarla, si bien después su tío Alonso Téllez Girón la acogería en su villa de la Puebla de Montalbán hasta que su sentencia condenatoria la obligó a huir del reino.
Mientras se dirigía a Portugal, contratando a diario guías distintos para salir de los caminos principales y evitar la delación, el alcalde toledano Zumel sembró de sal el solar de sus casas, levantando una columna con un letrero inculpatorio hacia María Pacheco y sus cómplices.
Más adelante, su cuñado Gutierre, heredero del mayorazgo, conseguiría licencia real para reedificar las casas, pero jamás logró el perdón real para doña María ni permiso para el traslado de los restos de Juan Padilla a Toledo.
Pese a haber sido mal recibida por la crítica, la película ocupa el octavo lugar en la lista de las de mayor permanencia en cartel en la década 1951-1961, con sesenta y tres días seguidos en cartel.