Francisco Maldonado

En un principio fue su primo Pedro Maldonado el encargado por la Junta en Salamanca de dirigir las milicias salmantinas.

Carlos suspende las Cortes y convoca otras a su medida en La Coruña, lo que enciende la mecha de los disturbios, que comienzan con la sublevación del Regidor de Segovia, Juan Bravo.

Carlos marcha a Alemania, dejando como regente a Adriano de Utrecht, que decide ahogar en sangre la rebelión, pero otras ciudades como Toledo y Madrid la apoyan y debe retirarse a Arévalo, mientras los regidores de las ciudades sublevadas constituyen la Santa Junta en Ávila, que luego se traslada a Tordesillas para conseguir el apoyo de la reina Juana, lo que no logran, porque efectivamente la encuentran loca.

En Salamanca era regidor Pedro Maldonado Pimentel, Señor de Babilafuente, que apoyó la rebelión desde el principio.

Sin embargo, debido a su parentesco con uno de los más cercanos colaboradores del rey Carlos I (era sobrino del Conde de Benavente), su liderazgo causaba algún recelo, por lo que pasó a capitanearlas su primo Francisco Maldonado.

[6]​ El 1 de octubre Carlos, ya Emperador, da un perdón general exceptuando a 293 nobles, entre los que se encuentra Pedro Maldonado, ejecutado en Simancas[7]​ En 1523 dictó una Real Cédula convalidando los procesos.

Escudo de los Maldonado
Casa de las Conchas, casa solariega de los Maldonado.
Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo , de Antonio Gisbert Pérez . 1860. ( Congreso de los Diputados de España , Madrid ).