Mal rojo

El mal rojo o bien erisipela porcina es una enfermedad infectocontagiosa del cerdo causada por la especie bacteriana Erysipelothrix rhusiopathiae.Los porcinos desencadenan cuadros cutáneos y/o septicémicos, pudiéndose transformar en una enfermedad latente o crónica, alojándose en articulaciones, válvulas cardíacas y otras zonas del organismo, incluso en los animales vacunados, pudiendo recidivar[1]​ en situaciones de inmunodepresión para diseminarse en el huésped y poder así propagarse en la explotación, originando casos aislados o brotes de baja prevalencia.[2]​ Generalmente ocurre por contacto directo con animales o sus productos, y la infección no suele avanzar del ámbito cutáneo.Las vías menos probables de contagio son la aerógena y la venérea a través del semen.El agente causal es relativamente resistente a las condiciones medioambientales y más aún en presencia de materia orgánica.Tener en cuenta que con los días se pueden producir aparentes recuperaciones pero luego recidivan con artritis crónicas, cianosis, insuficiencias cardiorrespiratorias y necrosis dérmicas.También se podrían aplicar sueros hiperinmunes o quimioprofilaxis a las explotaciones porcinas en riesgo: El tratamiento resultará eficaz solo en los enfermos agudos.El erisipeloide es una infección ocupacional zoonótica del humano causada por la misma bacteria de la erisipela porcina, siendo esta última especie la que perpetúa la enfermedad.[3]​ Normalmente afecta a las personas que trabajan con estos animales y no toman los recaudos debidos de bioseguridad, como granjeros o carniceros.