[4] Tanto salmonelosis como el género Salmonella son una latinización del nombre de Daniel Elmer Salmon (1850–1914), un veterinario estadounidense.
La roseola tifoidea aparece durante la primera semana y dura 2 a 5 días: su aspecto es de máculo-pápulas color salmón que, en un cultivo, serán positivas para Salmonella.
En ocasiones también podemos encontrar hepatoesplenomegalia, epistaxis, bradicardia relativa, e incluso delirios (recogen objetos imaginarios) y coma (typhos).
Otras menos habituales que también pueden aparecer son abscesos, endocarditis, osteomielitis, meningitis o hepatitis.
Aproximadamente el 1,5 por ciento serán portadores crónicos; el cultivo en orina o en heces será positivo más de un año después.
La historia clínica puede ser muy sugestiva; destacan sobre todos los datos sobre síndromes febriles tras el retorno de algún viaje.
Se debe realizar diagnóstico diferencial con la malaria, la enteritis bacteriana, la infección aguda por VIH, la amebiasis, la rickettsiosis y la leptospirosis.
Hay que tener en cuenta el no haber administrado antibióticos antes de la toma para realizar el cultivo, pues bajan su rendimiento.
Sin embargo, comenzaron a aparecer resistencias, y se observó que producía aplasia medular.
También reviste mayor gravedad cuando coexiste con otras enfermedades con otros patógenos como la bartonella, la malaria o los parásitos.
Su transmisión depende fundamentalmente de productos contaminados: Actualmente, Salmonella typhimurium está presentándose con resistencias a los antibióticos, debidas al bacteriófago DT104, que ya está presente en el 34 por ciento de las cepas del Reino Unido.
Deberá notificarse inmediatamente el hallazgo a la oficina de medicina preventiva más cercana.
Los antibióticos no modifican el curso clínico de la enfermedad y, sin embargo, facilitan las recidivas, a la vez que retrasan la eliminación del microorganismo.
La rehidratación es el principal tratamiento en esta enfermedad, para favorecer la recuperación de agua y electrólitos.
Deberán administrarse por vía oral o intravenosa durante 2-3 días, hasta que la fiebre remita.
Si aparecen infecciones locales o bacteriemia, se debe sospechar de resistencias al antibiótico.
En este caso, se deben administrar cefalosporinas de tercera generación o ciprofloxacino (una quinolona).
Otras variedades de salmonelosis, como la producida por Salmonella choleraesius en Taiwán, se han hecho resistentes al ciprofloxacino.
Los productos lácteos deberán ser controlados estrictamente, y someterse a pasteurización antes del consumo humano.
Suele deberse estas complicaciones relacionadas por otras enfermedades crónicas, como el cáncer o el SIDA.
El tratamiento es rápido con antibióticos; debido que es una enfermedad demasiado peligrosa para la vida del paciente.
Suele ocurrir en pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes, el lupus y otras que puede acarrear problemas a las defensas.
Los síntomas; los mismos en las osteomielitis infecciosas; dolor en la zona del hueso afectado, fiebre y anemias.
Aunque se negó en numerosas ocasiones a proporcionar muestras analizables, las autoridades consiguieron demostrar que era portadora.