Peste porcina clásica

La peste porcina clásica es una enfermedad viral altamente contagiosa y frecuentemente fatal que afecta a los cerdos tanto domésticos como salvajes.

Desde 1990 en Europa se han producido diferentes brotes en varios países como Holanda, Bélgica y el Reino Unido.

Se deben remitir al laboratorio muestras de sangre, tonsilas, ganglio mesentérico, ganglio retrofaríngeo, íleon distal, riñón y bazo para su análisis El estudio de laboratorio puede consistir en aislamiento directo del virus.

Existen animales aparentemente sanos que son portadores del virus y tienen gran importancia en la diseminación de la enfermedad.

En la fase terminal los cerdos tienen una marcha ondulante por parálisis del tercio posterior, que posteriormente se generaliza y los animales permanecen tumbados sobre un costado y moviendo las extremidades de forma continuada como si remaran.

Estos estudios dieron lugar a una nueva generación de vacunas vivas, más seguras.

Dichas vacunas inducían protección frente a cepas altamente virulentas, y resultaron protectivas en hembras gestantes.

[3]​ Actualmente las vacunas vivas atenuadas derivadas del CSFv son rutinariamente utilizadas para el control de la peste porcina clásica, sobre todo en áreas donde la enfermedad es enzoótica.

[4]​ En estos casos la proteína es secretada al sobrenadante de cultivo celular, el baculovirus es inactivado y la proteína E2 contenida en el medio es adyuvada mediante emulsión oleosa o se purifica directamente de la leche y se formula en un adyuvante oleoso.

Estos últimos pueden diferenciarse por ensayo inmunoenzimático (ELISA, de sus siglas en inglés, Enzyme linked Immunosorbent Assay), utilizando una segunda glicoproteína propia del CSFv (Erns) que estaría presente en el virus infectivo.

Las hemorragias puntuales en los riñones son características de la peste porcina clásica.