Los Cuatrocientos

Los atenienses habían visto en estos sucesos un mal presagio para la expedición a Sicilia, y temieron un complot oligárquico, dirigido por las heterías (clubes aristocráticos).

Los Quinientos recibieron entonces plenos poderes para encontrar y castigar a los culpables, que generó un clima de paranoia colectiva.

Un año más tarde, los espartanos tomaron la fortaleza de Decelia, desde donde amenazaron directamente al Ática.

Cuestionaron sus instituciones, y se prepararon para cambiarlas con tal de poder evitar la derrota frente a Esparta.

Alcibíades, refugiado con el sátrapa Tisafernes, hizo una proposición a los estrategos estacionados en Samos: los persas otorgarían subsidios si la ciudad cambiaba su politeia (constitución).

Antes del regreso de Pisandro, los jefes demócratas, como Androcles, fueron asesinados sin que se investigara posteriormente.

Este consejo fue encargado de sustituir a la Boulé, por lo que todos los magistrados en ejercicio debieron dimitir.

Sus acciones no son bien conocidas, incluso para Tucídides, quien juzga oportuno decir que «durante su primera etapa parece, al menos en mi tiempo, que Atenas tuvo un mejor gobierno, pues se dio un mesurado equilibrio entre los oligarcas y la masa».

La plataforma de la colina rocosa de Pnyx , en Atenas , sede del Consejo de los Quinientos , donde los políticos se ponían en pie mientras hablaban. Al fondo está la Acrópolis de Atenas .