Su nombre, a menudo, ha sido traducido por «Consejo», y más raramente, por «Senado».
Durante los regímenes oligárquicos el cargo de bouleuta era hereditario, mientras que en la Atenas democrática y sus émulos era otorgado por sorteo.
La mayoría de las boulai son desconocidas, solo la Boulé ateniense está descrita por abundantes fuentes históricas (y especialmente la Constitución de los atenienses atribuida a Aristóteles y a sus discípulos del Liceo, cuya redacción sería sobre el 330 a. C.).
Los ciudadanos atenienses podían ser buleutas un máximo de dos veces en su vida.
No obstante, la Boulé no ejercía nunca el menor poder de bloqueo, es decir, siempre transmitía a los magistrados, para la ejecución y colocación en el ágora, los decretos votados por la Asamblea; la Ekklesía permaneció siempre dueña de sus decisiones en última instancia.
Deben asumir las liturgias, asegurando el confort y la diversión de sus conciudadanos.
Juzgaba los asuntos criminales más importantes, lo que correspondía más bien a las prerrogativas del Areópago, si es válida la comparación con el régimen ateniense, y jugó quizá un papel diplomático.
Sin embargo, la Boulé tenía una diferencia fundamental con la gerusía, y es que en ella se recibían las propuestas políticas de todos los ciudadanos atenienses, mientras que en la gerusía tan solo se aceptaban las propuestas de éforos, reyes o gerontes.