Dokimasia
El propósito no era dilucidar su capacidad real para el puesto, que se presuponía en todos los candidatos, sino su ascendencia como ciudadanos atenienses, su vida y su carácter, y (en el caso de algunos cargos que participan en la administración de grandes sumas), incluso la cuantía de sus bienes.El examen lo realizaba en público el arconte en presencia de la Boulé, y cualquier persona presente tenía derecho a plantear objeciones.Si esas objeciones se consideraban válidas, el candidato era rechazado, aunque podía apelar la decisión ante un tribunal, que tomaba conocimiento de la cuestión en forma judicial.En consecuencia, quien resulte elegido para el desempeño de un cargo público no por ello se convierte automáticamente en una persona buena y moralmente intachable, ya que puede ser una persona perversa, imprudente o negligente.Sobre todo cuando, como era el caso de la democracia ateniense, los cargos públicos eran seleccionados mediante sorteo.