Defiende el individualismo filosófico, el libre mercado y destaca la importancia de la moral basada en la religión.
Significa seguir a Platón, Aristóteles, Sócrates, San Agustín, Santo Tomás de Aquino y Edmund Burke más que a Locke o Kant ; por lo general, incluye una profunda simpatía por la política de la polis griega, la República romana y las monarquías cristianas.
Pero, como realistas, los liberales conservadores reconocen que la política clásica y medieval no se puede restaurar en el mundo moderno.
En su mejor forma práctica, el liberalismo conservador promueve la libertad ordenada bajo Dios y establece salvaguardias constitucionales contra la tiranía.
[12][13][14][15] En Perú su inicial exponente fue Mario Vargas Llosa,[16] caso que el presidente Alberto Fujimori adoptó sus medidas bajo el populismo de derecha, orientado hacia el conservadurismo social y el liberalismo económico.
En sus primeros años, sus propuestas para afrontar la realidad nacional estuvieron basadas en la tecnocracia,[17] solo consiguió la hegemonía neoliberal en su sistema administrativo.
[18] También se consideran arquetipos de este movimiento Jimmy Morales en Guatemala, Sebastián Piñera en Chile, Juan Orlando Hernández y su Partido Nacional en Honduras.