Durante sus primeros años de reinado se dedicó al desarrollo interno del estado.
«Soldados, —dijo— la sagrada causa por la libertad italiana se decide hoy en los campos de Lombardía.
!Larga vida a la independencia italiana!» El contingente toscano luchó valientemente en Curtatone y Montanara, pero fracasó.
El 26 de junio el primer parlamento toscano se formó, pero los disturbios debidos al fracaso en la campaña de Lombardía llevaron al ministro Ridolfi a renunciar, siendo sucedido por Gino Capponi.
Capponi renuncia y Leopoldo II a regañadientes aceptó un ministerio conjunto Montanelli-Guerrazzi, el cual tuvo que enfrentarse al partido republicano.
Pero había gran descontento y la derrota de Carlos Alberto en Novara causó consternación entre los liberales.
Se realizaron juicios políticos y muchos, entre ellos Guerrazzi, fueron sentenciados a largos periodos de cárcel y, pese a que en 1855 las tropas austriacas abandonaron la Toscana, la popularidad de Leopoldo se había extinguido.
Los liberales aún veían posible un gran duque constitucional quien podría ser convencido de aliarse por segunda vez con el Piamonte contra Austria, mientras que el partido popular, encabezado por Ferdinando Bartolommei y Giuseppe Dolfi, tenía claro que sólo expulsando a Leopoldo podrían lograr sus aspiraciones.
En 1859, Francia y el Piamonte declararon la guerra a Austria, y el gobierno de Leopoldo no pudo prevenir que numerosos jóvenes voluntarios toscanos se unieran a las fuerzas Franco-Piamontesas.
Leopoldo de primeras aceptó, y delegó en Don Neri Corsini formar un ministerio.