Fue famosa por su delicada belleza y también por ser madre de la emperatriz María Teresa.
A la edad de 13 años, Isabel Cristina fue prometida a Carlos VI, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, mediante negociaciones llevadas a cabo entre su ambicioso abuelo, Antonio Ulrich, duque de Brunswick-Wolfenbüttel, y la cuñada de Carlos, la emperatriz Guillermina Amalia, cuyo padre era Juan Federico, duque de Brunswick-Luneburgo, y así pertenecía a otra rama de la misma familia.
Cuando el archiduque Carlos partió hacia Viena para tomar posesión de la corona imperial en 1711, dejó a Isabel Cristina en Barcelona, nombrándola gobernadora general de Cataluña durante su ausencia.
Isabel Cristina gobernó Cataluña con prudencia hasta 1713, cuando tuvo que dejar definitivamente Barcelona y reunirse con su esposo en Viena.
Más tarde, tendrían dos hijas que sobrevivieron la primera infancia, la emperatriz María Teresa y la archiduquesa de Austria María Ana.