Gracias al segundo matrimonio de su padre, ganó otros tres hermanos.
Su esposo, Víctor Amadeo II, abdicó en favor de su hijo en 1730 y murió dos años más tarde en Moncalieri.
Desde 1714 hasta 1720, Ana María fue la heredera presunta en la pretensión jacobita a los tronos de Inglaterra, Escocia e Irlanda, que por entonces tenía Jacobo Francisco Eduardo Estuardo, que se llamó a sí mismo «Jacobo III y VIII».
En 1807, casi ochenta años después de su muerte, murió el cardenal Enrique Estuardo.
Los jacobitas vieron que la sucesión legítima a los tronos inglés y escocés volvía al mayor descendiente vivo del rey Carlos I.