Línea Alcázar de San Juan-Cádiz
En 1856[5] el Estado dio una concesión a la compañía francesa «Grand-Central» para construir un ferrocarril que partía desde la línea Madrid-Almansa y entraba en Andalucía a través de la provincia de Jaén, avanzando hasta Córdoba por el valle del Guadalquivir.[7] Durante los siguientes años se pusieron en marcha otros tramos, que pasarían a manos de la Compañía del Ferrocarril de Sevilla a Jerez y Cádiz.[8] Para esas fechas ya existía un proyecto que buscaba unir Córdoba y Sevilla por ferrocarril, siendo la Compañía del Ferrocarril de Córdoba a Sevilla la que desde 1857 emprendió las obras de construcción.Los trabajos avanzaron a buen ritmo y para mediados de 1859, tras completarse todos los tramos, ya se encontraba en servicio la nueva línea férrea.Debido a las dificultades orográficas con que tropezó la empresa constructora, las obras en el tramo Manzanares-Córdoba no fueron completadas hasta septiembre de 1866, fecha en que la línea quedó abierta al tráfico.Con posterioridad, estas líneas pasaron a manos de las compañías MZA y «Andaluces», respectivamente.En 1877 la MZA inauguró un ramal ferroviario entre Vadollano y Linares,[15] que unía la ciudad con la línea principal Madrid-Córdoba.Desde finales del siglo XX la antigua línea Sevilla-Cádiz ha sido sometida a diversas mejoras e intervenciones, en vistas de su futura transformación en una línea de alta velocidad.[18] Entre los años 2000 y 2002 buena parte del trazado que transcurre por la ciudad de Cádiz fue soterrado, siendo también construida una nueva estación terminal que sustituía a la anterior de «Andaluces».[20] En cambio, el tramo final permite en algunos puntos velocidades máximas de hasta 200 km/h debido a que el recorrido entre Sevilla y Cádiz el trazado clásico está siendo duplicado y adaptado a la alta velocidad, con traviesas polívalentes para facilitar un futuro cambio del actual ancho ibérico a un ancho UIC.Mucho menor es este tipo de circulaciones en su tramo final entre Sevilla y Cádiz.