En principio la concesión fue dada a José Joaquín Figueras por una Real Orden de 1852 para el trayecto Sevilla-Andújar, aunque al año siguiente sería reducida hasta Córdoba.
La nueva compañía encontró algunas obras empezadas por sus antecesores, por lo que continuó con los trabajos, llegándose a emplear unos 3000 obreros.
[3] La explotación del ferrocarril fue fácil y con buenos resultados, pero en el primer año completo (1860) de servicios las obras realizadas dejaron mucho que desear ante las inclemencias climáticas, y las crecidas del río provocaron numerosos problemas en los tramos ferroviarios más cercanos al Guadalquivir, lo que obligó nuevas obras y transbordos en numerosos puntos.
En ese mismo año y parte del anterior se puso a prueba la línea con el gran número de transportes militares que pasaron por la línea debido a la guerra que estaba teniendo lugar en Marruecos.
[4] A pesar de todo, la empresa continuó con sus actividades sin grandes problemas y con buenas cuentas.