Friedrich Hölderlin

Hölderlin nació en Lauffen am Neckar (Wurtemberg) en el seno de una familia burguesa.Su padre (administrador del seminario protestante de Lauffen) fallece cuando él tenía dos años.Su madre contrae segundas nupcias con Johann Christoph Gock, concejal de Nürtingen, donde Hölderlin se crio junto con su hermana y su hermanastro.Como su abuelo materno era pietista, su madre lo destinó a seguir la tradición familiar y en 1784 ingresó en un colegio preparatorio para el seminario en Denkendorf; en 1788 entró como becario para estudiar Teología en el Tübinger Stift (seminario de la Iglesia protestante en la ciudad de Tubinga, en Wurtemberg), donde fue amigo y compañero de los futuros filósofos Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Friedrich Schelling.En la Grecia clásica veía una lejana imagen de la armonía original entre ser humano, sociedad y Naturaleza.Asistió a clases impartidas por Fichte, y Schiller le publicó un fragmento del Hiperión, o El eremita en Grecia en su revista Thalia.[1]​ Se ignoran las razones por las que abandonó su trabajo en abril de 1801 y volvió con su madre a Nürtingen.Al aparecer los primeros síntomas de su enfermedad mental en abril, abandonó una vez más su puesto.[1]​ Como sus crisis mentales se hicieron cada vez más frecuentes (profería maldiciones como un poseso y andaba sin rumbo mientras hablaba consigo mismo), Sinclair decidió internarlo en 1806 en una clínica psiquiátrica de Tubinga.Allí permaneció hasta su muerte en unas condiciones de locura pacífica que se prolongaron durante treinta y seis años.En su novela epistolar Hiperión o El eremita en Grecia (1797-1799), Hölderlin confronta sus deseos con la realidad que experimentó en su tiempo.Pero aunque Hiperión comparte el credo republicano de Alabanda, condena que use la violencia.«Y la solución no es política (fracasaron los intentos republicanos en Francia), sino filosófica, o mejor, utópica.[4]​ La muerte de Empédocles es un fragmento dramático en el que Hölderlin trabajó desde 1797 y se funda en la leyenda del suicidio del filósofo presocrático Empédocles, quien se habría arrojado al Etna para volver a las entrañas de la Naturaleza.
La torre de Hölderlin en Tubinga, lugar en el que se hospedó hasta su muerte.
Hyperion