Historia del constitucionalismo uruguayo

Esta reforma fue precedida por una intensa campaña en defensa de diversos principios, como por ejemplo, la implantación del Poder Ejecutivo colegiado, la descentralización y la autonomía municipal, la laicización del Estado separándolo de la Iglesia, etc.El presidente en esta constitución es directamente elegido por el pueblo y dura cuatro años en sus funciones.La Cámara de Representantes está integrada con ciudadanos elegidos directamente por el pueblo, quienes permanecen tres años en sus funciones.Gobierno departamental: Está integrado con dos órganos: el Concejo de Administración y la Asamblea Representativa.Se consagraron las garantías al sufragio: Son ciudadanos naturales, los hombres nacidos en cualquier lugar de la República, y legales los extranjeros casados con profesión u oficio y tres años de residencia (solteros, cuatro años).Esta organización traía serios peligros porque solo la Presidencia de la República tenía la fuerza pública a su disposición y un desacuerdo grave con el Consejo Nacional de Administración podía llevar al Presidente a usar esta organización en su favor, arrasando la Constitución.Entre sus principales características, merecen destacarse También se le da particular relevancia a los Entes Autónomos y Servicios Descentralizados, a los que dedica ya una sección (como será el caso también en las posteriores Constituciones).Esta vez, sin embargo, el poder ejecutivo pasó a ser totalmente colectivo, no existiendo en absoluto la figura del Presidente de la República.El contexto en el cual entra en vigencia esta Constitución, es un país cada vez más convulsionado, con el marco de la Guerra Fría.Una vez disueltas las cámaras por Juan María Bordaberry, tiempo después se instala el Consejo de Estado, una mera "asamblea de notables" destinada a asesorar a la dictadura y aprobar las leyes impuestas por ésta.En noviembre de 1980, se celebró un plebiscito constitucional, por el cual los militares pretendían perpetuarse en el poder.Así, se abrió un tiempo de lenta y trabajosa reapertura política, en el cual los militares afanosamente buscaban la fórmula para legitimarse y perpetuarse; el Pacto del Club Naval, finalmente, pareció marcar un camino de salida, aunque las proscripciones políticas continuaban.Por lo demás, el interés del sistema político y de la ciudadanía toda por la institucionalidad fue manifiesto.Desde el año 2010 se insiste con ideas para reformar nuevamente la Constitución, abreviando el ciclo electoral.