Las Glosas Emilianenses son pequeñas anotaciones manuscritas a un códice en latín, realizadas en varias lenguas: entre ellas el propio latín, un iberorromance (bien castellano medieval con rasgos riojanos, bien navarro[1] o navarro-aragonés en su variedad riojana[2][3]) y alguna variedad local de vascuence.
[12] Sin embargo, la diferencia más destacable entre estos dos documentos y las Glosas Emilianenses es que las glosas presentan estructura gramatical romance, algo que no se da en los Cartularios de Valpuesta y la Nodicia de Kesos, los cuales son textos escritos en latín y de gramática latina en los que se incluyen algunas palabras romances.
[13] Los códices de San Millán fueron incautados por el estado español durante la Desamortización, de forma legal según las disposiciones jurídicas del siglo XIX, al igual que les sucedió a todas las bibliotecas monásticas del país.
[25] Las glosas del códice Æmilianensis 60 (en número de 145 según el recuento de Menéndez Pidal, que confirman Olarte Ruiz[26] y Espinoza Gutiérrez)[27] están escritas en tres lenguas: en latín, en romance navarro en su variedad riojana precastellano y en vascuence aunque sin determinar su variedad dialectal.
[28] Ciertos rasgos éuscaros podrían delatar, a juicio de los especialistas, la condición bilingüe (vasco-románica) del glosador.
Junto a características específicamente riojanas, se encuentran rasgos presentes en las diversas variedades dialectales hispanas: navarro, aragonés y mozárabe.
Los rasgos navarro-aragoneses se perciben en el uso de muito, feito, honore (femenino y no masculino), plicare, lueco, cono, ena, etc. Algunos autores, como Menéndez Pidal (1950), Lapesa (1981), Alarcos (1982) y Alvar (1976, 1989), han planteado que se trataba de una koiné lingüística en la que se mezclaban diversos rasgos pertenecientes al castellano[29] con una impronta navarroaragonesa.