[1][2] Se le ha referido al IGF-1 como "factor de sulfatación"[3] y sus efectos fueron denominados "actividad insulínica no suprimible" en los años 1970.El IGF-1 es una proteína liberada por muchos tejidos y afecta prácticamente a casi todas las células del cuerpo.Los principales órganos sintetizadores del IGF-1 es el hígado, aunque también se produce a nivel local en la placenta, el corazón, el pulmón, el riñón, el páncreas, el bazo, el intestino delgado, los testículos, los ovarios, el intestino grueso, el cerebro, la médula ósea y la hipófisis.Aproximadamente el 98% del IGF-1 siempre está unido a una de 6 proteínas fijadoras (IGFBP).Esta proteína forma un complejo ternario de 140.000 daltons con el IGF-1 y con una subunidad ácida-lábil.[5] Los seres humanos producen aproximadamente 30 µg (microgramos) de IGF-1 al día hasta cumplir los 30 años y desde este momento la producción decrece con la edad.Los mayores niveles se producen durante el crecimiento pubertad, los menores en la infancia y la vejez.[10][11][12][13] Se cree también, que la reducción de la señalización IGF-1 contribuye a los efectos "anti-envejecimiento" en la restricción calórica.Se han descrito enfermedades raras por fallos en la producción o respuesta al IGF-I, que resultan en una alteración específica del crecimiento.La FDA ha agrupado estas enfermedades en un trastorno llamado deficiencia primaria de IGF (IGFD) severa.La ruta de señalización del IGF parece desempeñar un papel importante en el cáncer.Se han realizado ensayos clínicos para evaluar la posible eficacia del IGF-I recombinante en una multitud de patologías: problemas del crecimiento, diabetes mellitus tipos 1 y 2, esclerosis lateral amiotrófica (ELA, también conocido como "enfermedad de Lou Gehrig"), quemados severos, y distrofia muscular miotónica.Este fármaco se inyecta en una sola dosis diaria, frente a las dos necesarias para Increlex, por lo que los efectos secundarios son menores para una misma eficacia.[20] En consecuencia, Increlex es actualmente el único fármaco derivado de IGF-I en el mercado estadounidense.[23] La IGFBP-3 es un portador del IGF-1, significando que el IGF-1 se une a la IGFBP-3, creando un complejo cuyo peso molecular combinado y afinidad de unión le permite al factor de crecimiento tener una vida media incrementada en suero.Se ha demostrado también que el IGF-1 es efectivo en accidentes cerebrovasculares, en modelos animales, cuando este es combinado con eritropoyetina.