Se creía que su uso era reservado para las élites, sin embargo los códices topográficos y los catecismos tempranos coloniales, de desciframiento reciente, eran utilizados por tlacuilos (escribas),[1] macehuallis (campesinos),[2] pochtecas (comerciantes),[3] etc.
Popularmente se cree que ningún amoxtli mexica auténtico sobrevivió a la Conquista, debido a que la mayoría de los amoxtlis existentes son reproducciones, versiones censuradas, modificadas, o completamente realizadas por autoridades eclesiásticas españolas.
[7] No obstante, existen amoxtlis que por su estilo, temas y manufactura sugieren una elaboración original sin influencia hispana.
Aunque la mayoría de los estudios coinciden en que ambas lenguas no están cercanamente relacionadas, se tiene amplia evidencia que las comunidades avanzadas de Mesoamérica estaban en contacto al menos desde el Clásico Temprano.
Los evangelizadores catalogaban a la escritura mexica como una creación del demonio y consideraban los símbolos ideográficos silábicos como caracteres intangibles.
[24][25][10][26] Al igual que otros pueblos del Posclásico mesoamericano, los mexicas emplearon el papel amate o la piel de venado como soporte para la elaboración de sus amoxtli, documentos literarios, económicos y religiosos.
Los Tlacuilos eran los miembros de las naciones mesoamericanas que realizaban estas mediciones y las registraban en códices.
Este sistema de medición era utilizado al menos en el territorio del Imperio Azteca.
Les han llamado también kiriológicos deriva de las palabras griegas kirios' propio y logos lenguaje.
No sucede lo mismo con los caracteres simbólicos; la figura convencional no trae a la mente idea ninguna, hasta que se le atribuya alguna semejanza más o menos remota con un objeto conocido, y entonces significara lo que bien le parezca al observador: el sentido verdadero solo le alcanza a quien sabe el valor convencional.
Es decir, para leer un carácter simbólico es preciso saber y aceptar el significado que el inventor pudo darle.
Son dibujos naturales representativos de ideas, intenta reproducir por signos las acciones y pasiones, las cosas abstractas.
La dificultad de representar objetos como el agua, el aire y sobre todo las ideas abstractas, como movimiento y dirección, solo pudo vencerse al inventar una figura convencional que por sí sola represente aquel objeto o idea, y que unida con otros de la misma clase o entrando en combinación con algunos signos figurativos, representaba no solo un objeto, sino un pensamiento entero.
Los caracteres enigmáticos e ideográficos, por su naturaleza son también simbólicos: la diferencia entre ambos consiste en que los primeros representan ideas, los segundos objetos materiales de forma indeterminada.
A esta clase pertenecen el ciclo expresado por los maderos que servían para encender el fuego nuevo, el año simbolizado por la hierba, la idea dios expresada por el símbolo del sol; los útiles de la pintura tomados para representar la escritura y al pintor.
Sabemos con certeza que los nahua desarrollaron un sistema de glifos para representar fonéticamente numerosas sílabas y algunas letras atl(a) etl (e) ohtli(o).
Un ejemplo el cual se repite en muchos documentos y códices coloniales es el símbolo compuesto para la frase "Padre nuestro" transliterada a la escritura silábica mexica como "Pantli-nochtli".