Actualmente, es la elección presidencial más reciente de la historia chilena en la que no hubo segunda vuelta.
La participación en aquellas exigía la inscripción previa de quienes iban a votar en ellas, y no contaba con alguna ley, ni el apoyo del Tricel o el Servel que la regulara.
[2] La Unión Demócrata Independiente (UDI), por su parte, había proclamado originalmente a su presidente, Jovino Novoa, como su precandidato.
[5] El resultado de la votación quedó de la siguiente manera: La ganadora fue Gladys Marin, pero al ser muy cerrada la votación se pasó a una nueva deliberación, donde se terminó eligiendo a Pizarro como el abanderado del MIDA.
[6] Su campaña se caracterizó por el tono agresivo y duro, representando a la izquierda identificada con la obra del gobierno de la Unidad Popular encabezado por Salvador Allende.
José Piñera lanza su candidatura en enero, pero al ver que la Unión por el Progreso de Chile le cerró las puertas, continua por el camino propio.
Acusando que todo fue una maniobra para impedir su participación como candidato, finalmente llamó a emitir un voto nulo en las elecciones presidenciales.
[cita requerida] Tras conocerse la victoria de Eduardo Frei, Arturo Alessandri y varios miembros de su comando se desplazaron al Hotel Carrera, donde había aguardado los resultados el candidato concertacionista, para felicitar al presidente electo y saludar a los integrantes del comando del candidato democratacristiano.
Posteriormente, el presidente Aylwin señaló ante los medios que esta era la primera vez desde 1915 en que se producía una entrega del poder presidencial entre miembros de un mismo partido político, ya que tanto Pedro Aguirre Cerda como Juan Antonio Ríos fallecieron durante sus mandatos y, por tanto, no pudieron entregar la banda presidencial a sus sucesores radicales: Jerónimo Méndez y Alfredo Duhalde, respectivamente (si bien estos se desempeñaron formalmente bajo el título de vicepresidentes).