El Zapotal

El Zapotal es una zona arqueológica de la cultura Totonaca, ubicada en la región conocida como Mixtequilla, que se localiza entre los ríos Blanco y Papaloapan en el Municipio Ignacio de la Llave, Veracruz, México.

[3]​ En el centro del estado se asentó la cultura totonaca, su principal centro ceremonial fue El Tajín, mientras que la Cultura Olmeca, se asentó en la parte sur del estado, colindante con Tabasco.

Su economía era agrícola y comercial y tuvieron grandes centros urbanos: La cultura Totonaca (hay quien traduce la palabra totonaco, como ‘tres corazones’, en referencia a los tres centros que animan esta cultura) destaca por la cerámica muy variada, la escultura en piedra, la arquitectura monumental y avanzada concepción urbanística de las ciudades.

Ello sellaría para siempre su futuro y el de todas las naciones mesoamericanas.

Es hablado por los indígenas totonacos, que habitan en la sierra Madre Oriental entre los estados mexicanos de Puebla y Veracruz, principalmente.

Aunque los primeros estudios clasificatorios de las lenguas indígenas mexicanas ubicaban a este idioma como parte de la familia maya (como en el caso de Manuel Orozco y Berra), las investigaciones más recientes han demostrado que la evidencia que sustenta esa hipótesis es muy pobre, razón por la que ha pasado a constituir una familia separada con el idioma tepehua.

[7]​ Aunque normalmente se considera que la familia totonacana está conformada por dos lenguas diferentes —totonaco y tepehua—, cada una de estas lenguas puede ser considerada como una familia de dialectos que no siempre son mutuamente inteligibles.

Sin embargo, la variedad misanteca del totonaco es la que se encuentra en mayor peligro de desaparecer.

[7]​ El totonaco es una (macro)lengua perteneciente a la familia familia totonaco-tepehua, que englobaría las siguientes variantes:[8]​ Se descubrió en 1971, con una de las más bellas e impactantes esculturas de cerámica prehispánica.

[9]​ El Zapotal es un gran sitio totonaco, cuyo auge parece haber ocurrido a fines del periodo Clásico tardío y Posclásico temprano.

Aunque contiene un conjunto numeroso de edificios (como es típico en México) sólo unos cuantos han sido explorados.

El dios al que los hablantes de náhuatl llamaban Mictlantecuhtli se encuentra sentado en un trono fastuoso, cuyo respaldo se integra al enorme tocado que luce el numen, donde están presentes cráneos humanos de perfil y cabezas de lagartos y jaguares fantásticos.

Junto con su esposa Mictecacíhuatl, regía el mundo subterráneo o reino de Mictlán.

Se le representa como el esqueleto de un humano con una calavera con muchos dientes.

[12]​ Magníficas esculturas de barro, ejemplo de maestría y misterio, caminando hacia el Mictlán, rojas, azules, adornadas con caracoles y serpientes extraordinarias, quemando copal que agrada a los dioses del firmamento.

[16]​ En él Códice Borgia o códice Yoalli Ehécatl,[17]​ dentro del concepto de la Gran Madre, las cihuapipiltin son el arquetipo de las mujeres que morían al dar a luz en su primer parto.

Su jerarquía les permitía ser enterradas en el patio del templo de las cihuapipiltin.

Allí, en la hierba al secarse, de su sangre empezó a brotar un arbusto, dando nacimiento a una orquídea trepadora (la vainilla), cubriéndose de espeso follaje con asombrosa rapidez y exuberancia, perfumando el ambiente con su aroma.

En el principal altar que se encontró en El Zapotal, se ve una escultura de arcilla del dios de la muerte Mictantecutli .
Cerámica Totonaca.
Escultura de arcilla de Mictlantecuhtli.
Estatua de Mictlantecuhtli en el museo del Templo Mayor en México .
Estatua de piedra de Cihuacoatl, enmarcada en la boca de una serpiente, con una mazorca en su mano izquierda.
Leyenda de la vainilla.