[1] Según el papa Juan Pablo II, las devociones del rosario se encuentran "entre las tradiciones más bellas y loables de la contemplación cristiana".
Está claro que las 150 cuentas (Avemarías) tienen su origen en los 150 salmos rezados del Salterio hebreo.
La segunda mitad del Avemaría, la petición a María, apareció por primera vez en el catecismo de Pedro Canisio en 1555, en el período de la Contrarreforma, como reacción contra las críticas protestantes a algunas creencias católicas.
Este tipo de imágenes se siguen utilizando para ayudar en las meditaciones del rosario.
En contraste con las meditaciones escritas del rosario, los textos ilustrados cambiaron poco y el mismo conjunto de imágenes apareció en xilografías, grabados y paneles devocionales durante más de ciento cincuenta años.
Comenzamos pensando en el favor que Dios nos concedió al darnos a su Hijo único; y no nos detenemos ahí, sino que procedemos a considerar los misterios de toda su gloriosa vida.
[14] Las meditaciones escriturales del rosario se basan en la tradición cristiana de la Lectio Divina (lectura divina) como una forma de utilizar el Evangelio para iniciar una conversación entre el alma y Cristo.
[15] La palabra contemplación (procedente de la raíz latina templum, es decir, cortar o dividir) significa separarse del entorno.
San Juan de la Cruz llamaba a la contemplación "amor silencioso" y la veía como una unión íntima con Dios.
En Las glorias de María escribió que la Virgen María estaría más complacida con cinco decenas del rosario rezadas lentamente y con devoción que con quince rezadas deprisa y con poca devoción.
...La persona que medita y vuelve su mente a Dios, que es el espejo de su alma, busca conocer sus faltas, trata de corregirlas, modera sus impulsos y pone en orden su conciencia.
Sin embargo, en 1974, en su Exhortación Apostólica Marialis Cultus, el Papa Pablo VI se centró más en su tradicional naturaleza meditativa, Cristocéntrica y afirmó: "El rosario es, pues, una oración de orientación claramente cristológica".
[36] Subrayó además el carácter contemplativo del rosario y afirmó que: El rosario pertenece a las tradiciones más bellas y loables de la contemplación cristiana.
[37][38] Santa Bernadette Soubirous declaró que en la primera aparición de Nuestra Señora de Lourdes en 1858, la Virgen María tenía un rosario con ella y que Bernadette rezó el rosario en su presencia entonces y durante las apariciones posteriores.
[40][41] El Santuario de Fátima, fue construido en ese lugar en 1953 y tiene quince altares, cada uno dedicado a un misterio del rosario.