[26] Como tenía doce hijos a su cargo y esas tierras no eran especialmente productivas, su riqueza disminuyó.[38] Su padre era un hombre con una fe muy ilustrada y amante de la lectura, que enseñaba también esas costumbres a sus hijos.[54] A la decisión de Teresa contribuyó que allí tenía buenas amigas, como Juana Suárez, y el dominico Vicente Barrón dio su apoyo al proyecto.Se organizó un pequeño grupo para acompañarla en el viaje: su padre, una monja del Convento de la Encarnación llamada Juana Suárez y algunos amigos.[55] Las monjas podían salir del convento con permiso de la superiora y pasaban temporadas con familiares o personas vinculadas a la orden.[55] Aunque no abandonó la lectura, sí iba dedicando menos tiempo a la oración y pasaba muchas horas en el locutorio del convento con visitas.[86] Teresa decidió reformar la orden para volver a la austeridad, la pobreza y la clausura que consideraba el auténtico espíritu carmelita.[104] Durante estos sucesos, la priora de la Encarnación le pidió a Teresa que regresase al convento y ella acudió.[114] Como esos dos colaboradores de Teresa se encontraban en esta ciudad cercana, quiso fundar un convento en aquel lugar.[117] El superior general Juan Bautista Rossi había autorizado la fundación de conventos descalzos femeninos y Teresa logró convencerle para que se fundasen también masculinos.Tras esto, le solicitó a Luisa de la Cerda otro inmueble, que se construyó durante los siguientes tres años.Cuando los personajes ilustres de la ciudad fueron a presentarle sus condolencias la priora les condujo al locutorio, pero ella decidió abrir las puertas del convento para que todo el mundo entrase.Cuando estaban viviendo en Salamanca, Teresa Layz tuvo un sueño en el que aparecía una casa, un jardín con un pozo y todo rodeado de flores blancas.Teresa fue reticente, porque Alba era un lugar muy pequeño como para vivir de las limosnas y no le gustaba fundar conventos con rentas.En el trayecto se perdieron en Sierra Morena, pero lograron volver al sendero correcto tras pedirle intercesión a san José.[160] En Beas de Segura recibieron una cordial bienvenida por una multitud en la que estaba la nobleza local, el clero y todos los habitantes.La priora, María de San José, quiso poner orden pero el confesor se indignó pensando que quería entrometerse en las confesiones.Esta propuso como solución que el rey pidiera al papa una provincia separada para los carmelitas descalzos.Sin embargo, les dice que podrán conservar como reliquia el brazo izquierdo, al cual fray Jerónimo ya le había quitado la mano.Hernando de Toledo se lo tomó muy mal porque admiraba mucho a la santa y sabía que su cuerpo tenía un gran valor.En París tuvo la oportunidad de pasar un día con las carmelitas descazas españolas, que habían ido a fundar un convento en aquella ciudad.También la mencionó expresamente en otros tres textos preparatorios de este libro que, finalmente, no aparecieron en la publicación.Ana de Jesús le solicitó el manuscrito a Quiroga, que no puso ningún problema en entregárselo.Entonces, encontrándose en Toledo en 1569, hizo correcciones al texto y lo escribió de forma más elaborada, dividido en 42 capítulos.Fidel Fita publicó un artículo sobre esto en 1915 con el título Apuntaciones teresianas, inéditas y autógrafas del P. Francisco de Ribera.[323] Teresa insiste en perseverar en la oración[324] con humildad frente a Dios sin exigir o buscar experiencias sobrenaturales: «[…] importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino; y, por ventura, el que le pareciere va por muy más bajo está más alto […]» (Camino de perfección 27,2).Habría cuatro formas de hacerlo: cavar un pozo, lo que significa un gran trabajo; acarrear el agua por medio de una noria, lo que no es tan agotador; cavar unas zanjas desde un río o un riachuelo; y, sin el clima lo permite, lluvias regulares y abundantes.[340] En 2007 se estrenó Teresa: el cuerpo de Cristo dirigida por Ray Loriga y protagonizada por Paz Vega.[342] En 2014 se realizó el documental Santa Teresa de Jesús en Malagón, una huella inolvidable, producido y dirigido por Sergio Palomares.Gustav Julius Vollmer Ribas compró la hacienda y comenzó a producir el primer ron de Venezuela en 1896.