Las obras del convento y la iglesia fueron diseñadas por el arquitecto fray Alberto de la Madre de Dios.
De su diseño destacan las yeserías de la iglesia y la fachada del templo, que combina ladrillo, mampostería y piedra.
Tiene una amplia capilla mayor, con una colateral a la misma, del lado del evangelio; en tanto que, en el lado opuesto, con la pertinente reja, está el coro bajo de las religiosas.
Los alzados de los paramentos interiores quedan articulados mediante pilastras toscanas, sobre las que apoya en entablamento correspondiente, todo jaharrado y de sencillo molduraje.
La fachada principal queda rematada por un frontón triangular, con óculo central; se sitúa, aquí, la sencilla portada adintelada, en piedra, sobre la que se dispone una hornacina con la escultura de San José, santo titular del convento y su iglesia.