Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen

La historia del "Tratado" no se conoce con certeza ya que permaneció oculta durante casi 130 años.

Se cree, sin embargo, que Luis María Grignion de Montfort se lo dio al obispo de La Rochelle para guardarlo y la razón por la que lo escribió en el mismo "Tratado":[3]​ Primero fue traducido al inglés por el Padre William Faber[4]​ "Espero una gran cantidad de bestias furiosas, que vendrá en la furia de rasgar con sus dientes mal este pequeño escrito y el uno de los cuales ha utilizado el Espíritu Santo que escribo, o al menos lo envuelve en la oscuridad y el silencio de un tronco, por lo que no es él conocido; por el contrario, atacarán y perseguirán a aquellos y aquellos que lo leerán y tratarán de ponerlo en práctica"[5]​ Es probable que se refería a los jansenistas con los que se enfrentaron, en aquellos años, sobre el tema de la devoción mariana, y que se había mostrado muy crítico hacia el misionero Bretón y sus actividades.

Se cree que durante la Revolución Francesa y de la guerra civil estalló en esa región estaba oculto por Montfort en un ataúd y enterrado en el área alrededor de su sede en Saint-Laurent-sur-Sevre para evitar que fuese destruido.

De esta manera, Montfort ilustra cómo estas dos categorías se relacionan con María y lo que ella hace por ellos.

Concluye retomando las prácticas internas y externas necesarias para poder "consagrar", que Luis María Grignion de Montfort mencionó en la segunda parte, y que él había presentado solo como "formas de devoción".

Pintura de la virgen María realizada por Domenico Ghirlandaio