Trastorno de identidad disociativo

[5]​ También se ha discutido que el TID presenta más síntomas de primer rango Schneiderian (pensamientos intrusivos, voces, impulsos, emociones insertadas o retiradas, etc) que las personas con esquizofrenia.

[6]​ Estudios internacionales estiman que el TID tiene una prevalencia en población general del 1.1% al 1.5%.

Convulsiones no epilépticas y síntomas neurológicos funcionales son prominentes en algunas presentaciones del TID.

[15]​[17]​[18]​[19]​ La transferencia del control ejecutivo del cuerpo puede ocurrir como consecuencia de la reexperimentación del suceso traumático (puede ser por olores, sonidos, calles, etc.), de circunstancias que sean similares a dicho evento o porque se infiere que se llegará a una situación que requiere manejarse por una identidad determinada a través de la disociación.

En este caso, investigaciones han demostrado que es similar a entrar en trance, en un sueño o en un desprendimiento corpóreo.

Ocasionalmente, se pueden manifestar como destellos de memoria o bien puede recordarse como hechos acontecidos a un tercero.

[21]​ Las dificultades en diagnóstico diferencial y de comorbilidad son mayores en población infantil.

[22]​ Se ha llegado a confundir el TID con la esquizofrenia, tanto por su etimología (del griego clásico σχίζειν schizein ‘dividir’ y φρήν phrēn, ‘mente’), literalmente, «mente dividida», como por los orígenes de su estudio.

La prueba y juicio de la realidad se ve alterado mucho más en esquizofrenia, mientras que en el TID, cualquier alteración del juicio está más asociado a flashbacks —reexperimentación traumática—, regresiones — "me siento como un niño pequeño"— e hipervigilancia —"me van a lastimar, siento que alguien me está siguiendo"—.

El juicio de realidad alterado de la esquizofrenia podría confundirse con la confusión y alteración de una identidad alterna —"soy un grillo, que me oculto en la noche y aviso del peligro"—, así que el diagnóstico diferencial debe indagar en la motivación, experiencia y contexto.

[26]​ Sin embargo, no existe medicación para los síntomas disociativos complejos del TID.

Los países participantes fueron Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Países Bajos, Alemania, Australia, Suecia, Escocia, Bélgica, Nueva Zelanda, España, Argentina, Noruega, Brasil, Finlandia, Taiwán, Singapur, Israel, Eslovaquia y Sudáfrica.

[41]​ A partir del mesmerismo o magnetismo animal —llamado también sonambulismo artificial y actualmente conocido como hipnosis—por el médico alemán Franz-Anton Mesmer, se descubrió este estado de consciencia profundo que podía inducirse por un tercero y en el que parecía existir una "dédoublement", o "doble consciencia".

[46]​ A finales del siglo XIX, Jean-Martin Charcot estudió la histeria en mujeres refugiadas en un asilo en la Salpetriere, asociando los síntomas somáticos, convulsiones psicógenas y parálisis con la hipnosis y la histeria, pero aun sin asociar estos síntomas con los eventos traumáticos de estas mujeres.

No fue sino hasta indagar en la vida interna de sus pacientes que tres investigadores encontraron esta asociación, Pierre Janet, en Francia, y Sigmund Freud con Joseph Breuer, en Viena: la histeria era una condición causada por un trauma psicológico.

[47]​ Aunque la histeria se creía que existía únicamente en mujeres, a veces se reconocía en varones, como Louis Vivet, un adolescente que alternaba estados de parálisis en las piernas y estados sin esta parálisis,[48]​ a quien, años más tarde, Pierre Janet lo describiría como teniendo seis "existencias"; cada una con diferentes memorias, características personales y grados distintos de problemas motores y sensoriales.

[49]​ El primer estudio sistemático sobre la disociación surge del trabajo del pionero psicólogo, médico y filósofo Pierre Janet en 1889, quien es considerado junto a William James y Wilhelm Wundt como los padres fundadores de la psicología[50]​ y, es a su vez, el padre de la disociación.

[52]​ Entre los años 1880 y 1920 se sostuvieron conferencias médicas internacionales dedicadas a la disociación.

[56]​ Ver artículo principal Chris Costner Sizemore En 1957 se publicó el superventas The Three Faces of Eve de los psiquiatras Corbett H. Thigpen y Hervey M. Cleckley, y la película del mismo nombre, basado parcialmente en un estudio de caso de su paciente Chris Costner.

Estos alters tenían roles y trabajos específicos, por ejemplo, David era un niño de 8 años que soportaba el dolor.

Louis Vivet