Su praxis clínica con modelos bio-neuro-fisio-psicológicos especializados basados en la evidencia han presentado avances importantes y efectivos para tratamientos de efectos del trauma como trastornos depresivos, ansiedad generalizada, adicciones, dismorfofobia corporal, trastornos disociativos.
Los síntomas del TEPT se han reportado inicialmente en el contexto de la guerra, pero no fue válidamente clasificada por la American Psychiatric Association (APA) hasta 1980.
Basándose en más de treinta años en la vanguardia de la investigación y la práctica clínica, el doctor Bessel van der Kolk se ha convertido en una autoridad mundial en el tema del trauma psicológico.
Nuevos conocimientos sobre nuestros instintos de supervivencia explican por qué las personas traumatizadas experimentan ansiedad incomprensible y rabia paralizante e intolerable y cómo el trauma afecta su capacidad para concentrarse, recordar, formar relaciones de confianza e incluso para sentirse como en casa en sus propios cuerpos.
De hecho, nuestros sistemas fisiológicos regresan a un estado inicial estable y sano.
En lugar de pensar “He hecho algo mal”, o “No debería haber dicho eso”, nos damos cuenta de las cosas, “Claro, está atravesando un divorcio difícil, ha estado levantando la voz y utilizando ese tono airado con todos los del departamento.
Por ejemplo, afirmando con tono cálido, aunque firme: “Siento mucho que lo estés pasando mal.
Como resultado de la interrupción del procesamiento de información emocional –debido a una activación excesiva a partir del trauma o del estrés persistente– la información relacionada con el hecho traumático o con el factor de estrés persistente se almacena en una forma estado específica (Bower, 1981) y no logra alcanzar una resolución adaptativa.
Existen muchos estudios que avalan esta hipótesis en la literatura sobre las respuestas cerebrales al trauma y a factores de estrés persistentes (Joseph, 1998; Osuch et al., 2001; Stickgold, 2002; van der Kolk, McFarlane y Weisaeth, 1996).
Sin embargo, si la persona carece de recursos suficientes para resolver la experiencia, el resultado puede ser un empeoramiento del estado emocional, fisiológico y psicológico.
[7] Fundamental en este tercer principio es el concepto de autocuración, análogo a lo que ocurre con las heridas físicas.