Avanzando a lo largo del continuo se encuentran estados alterados de la conciencia no patológicos.
Freud consideró la disociación como un comportamiento de la psique aprendido durante la infancia, se creía antes que las personas que permanecían en un estado pre-edípico, presentaban trastornos disociativos debido a la disruptiva entre el resentimiento e impotencia de la imagen de autoridad y el sentimiento protector que estos mismos dan.
La disociación presenta cinco patologías quitando así su orientación como mecanismo de defensa ya que el sujeto no pretende distinguir las situaciones del peligro real y elimina o suprime cualquiera en que se sienta amenazado.
Consiste en una incapacidad para recordar información personal importante, generalmente de naturaleza traumática o estresante.
En este trastorno se produce una alteración reversible de la memoria que impide al paciente recordar verbalmente experiencias previas.
En tales casos, el individuo puede darse a sí mismo un nuevo nombre (incluso cambiando al género opuesto), elegir una nueva residencia y dedicarse a actividades sociales complejas que estén bien integradas y que no sugieren la presencia de un trastorno mental.
El inicio de la fuga disociativa se encuentra normalmente asociado a acontecimientos traumáticos o estresantes.
Generalmente hay una identidad primaria con el nombre del individuo, que es pasiva, dependiente, culpable y depresiva.
Debe irse con mucho cuidado a la hora de diagnosticar este trastorno en los niños preadolescentes, ya que a esta edad las manifestaciones pueden llamar menos la atención que si se producen en la adolescencia o en la edad adulta.
El trastorno de identidad disociativo se diagnostica tres a nueve veces más frecuentemente en las mujeres que en los varones; en la infancia la proporción niña/niño es más o menos pareja, aunque la información que se posee al respecto es escasa.
Este trastorno forma parte de prácticas religiosas o culturales ampliamente aceptadas en la población.
Pérdida de conciencia, estupor o coma, no atribuibles a una enfermedad médica.
Pérdida de Ganser: en este trastorno el individuo da respuestas aproximadas a las preguntas (p.
Es necesario incluir la somatización en el diagnóstico diferencial y descartar en primer lugar si se trata de una enfermedad orgánica.
d) Aparato reproductor: dispareunia, dismenorrea, irregularidad ciclos menstruales, hipermenorrea, vómitos a lo largo del embarazo, sensaciones quemantes en los órganos sexuales.