Trastorno de la personalidad por evitación

[1]​ Los individuos con trastorno de personalidad por evitación se consideran socialmente ineptos, con escaso atractivo personal y evitan la interacción social por temor a ser ridiculizados, humillados o rechazados, o simplemente desagradar.El TPE se reconoce por los siguientes estilos comportamentales e interpersonales, de pensamiento o estilo cognitivo, afectivo y emocional: Beck propone que los afectados por TPE suelen haber tenido en el pasado alguna persona significativa que les criticaba y rechazaba.[7]​ De esos esquemas se derivan sus actitudes de: Piensan que no pueden gustar a nadie, pero que si ocultan su verdadera personalidad engañarán a los demás, al menos en parte o por un tiempo.Procuran que nadie se les acerque lo suficiente como para darse cuenta de que son diferentes, inadecuados, inferiores, sin valía, incompetentes, aburridos, indignos, torpes, etc. Cuando logran establecer una relación con alguien, evitan cualquier confrontación y no son asertivos.Piensan que si desagradan en algo al otro, este pondrá fin a dicha relación.Además, el lenguaje suele ser tenso, lleno de vacilaciones y sin que su contenido sea el más apropiado para manifestar el propósito.Estos pensamientos automáticos, surgen de sus esquemas y no suelen someterlos a evaluación, porque los encuentran verídicos.Hacen también predicciones negativas como: “no les gustaré”, ”me criticarán”, etc., que también aceptan sin cuestionárselas ni ponerlas a prueba.Se muestran muy alertas; buscan y creen ver reacciones de rechazo, repulsa o mofa en cualquier persona que realice algún comentario o gesto (chofer del autobús, dependienta del supermercado, etc.).La evitación queda reforzada y se convierte en un hábito, porque reduce el malestar a corto plazo.Por tanto, se buscan numerosas excusas, como: “no me va a gustar”, ”lo haré más adelante”, “esta gente es demasiado superficial”, etc.[7]​ En contraposición a su hipersensibilidad al rechazo, desean intensamente ser aceptados y tener relaciones interpersonales.Más específicamente, varios trastornos de ansiedad en la infancia y la adolescencia se han asociado con un temperamento caracterizado por la inhibición (timidez, miedo, desconfianza, apocamiento).Para diagnosticar el trastorno de personalidad por evitación, los siguientes criterios diagnósticos propuestos deben cumplirse: A.[17]​ Es importante realizar un diagnóstico diferencial entre la fobia social y el trastorno de la personalidad por evitación (TPE), que aparece como defensa en el narcisismo [19]​ y muy especialmente en el tipo vulnerable o narcisismo de piel fina.El trastorno de personalidad por evitación y su relación con la fobia social es un concepto que todavía crea polémica en la Comunidad científica.En cualquier caso, el programa de tratamiento estandarizado para fobia social también sería eficaz para el TPE.En general, los resultados sugieren que el TPE y FSG parecen estar altamente relacionados, pero con constructos potencialmente separables.TPE se asoció con mayor ansiedad social, mayor deterioro en el funcionamiento, y comorbilidad con otras psicopatologías, pero no hubo diferencias respecto a las habilidades sociales o la realización de un discurso improvisado.El objetivo principal es el entrenamiento en habilidades sociales, para empezar así a desafiar sus creencias disfuncionales sobre sí mismos y los demás.Algunos estudios ponen en duda las modificaciones obtenidas en las conductas sintomáticas propias del trastorno y su mantenimiento a largo plazo.Sus férreos esquemas afectivos, mentales y conductuales suponen que los patrones de evitación por lo general no cambien dramáticamente.