Como ejemplo, un niño puede pasar completamente callado en la escuela, por años, pero habla libremente o excesivamente en casa.
Hay que realizar diagnóstico diferencial con autismo o síndrome de Asperger.
La etiología del mutismo selectivo se ha clarificado y consolidado tras su comprensión como un trastorno de ansiedad.
Los niños con temperamentos inhibidos tienen un menor umbral de excitabilidad en el área del cerebro, llamada amígdala.
Aunque no exista ninguna razón lógica para el miedo, las sensaciones que el niño experimenta son tan reales como si hubiera una amenaza o peligro real (Asociación Americana Mutismo Selectivo, 2018).
Los estudios han demostrado que la causa del mutismo selectivo en no pocos casos está relacionada con el abuso, la negligencia, el trauma, la mala educación, familias disfuncionales en combinación o no con los factores ya expuestos vinculados con el temperamento.
Los niños bilingües/multilingües están sobrerepresentados en el mutismo selectivo (Elizur y Perednik, 2003[16];Topelberg, et al., 2005[17]).
Las transiciones, como por ejemplo, comenzar la escuela o conocer personas nuevas, son especialmente difíciles para estos niños y pueden desencadenar mutismo selectivo.
Otros pueden tener discapacidades de aprendizaje sutiles, incluido el trastorno del procesamiento auditivo (Kristensen, 2000;[20] Klein et al., 2012[21]).
Ya que es un trastorno multidisciplinar, el logopeda se encargará de detectar y discriminar las características del mutismo selectivo.