[7] Hacia 1817, el proceso emancipador chileno había entrado en una fase definitoria y no se disimulaba la finalidad buscada en aquel momento: la independencia del país.[3] El director supremo Bernardo O'Higgins, teniendo presente los problemas experimentados durante la Patria Vieja y consciente que la instauración de una asamblea o congreso, para acordar y declarar la independencia, sería dificultosa e inejecutable en ese momento; estaba resuelto a no convocarla, pues aún se libraban combates contra los realistas y no era posible alcanzar el orden interno indispensable para ello,[3] por lo que se decidió utilizar otro mecanismo: una consulta popular o plebiscito.En las demás ciudades y villas se debía seguir el mismo procedimiento.Este hecho coincidió, además, con las noticias sobre el próximo arribo de una nueva expedición realista, destinada a reconquistar el territorio chileno, al mando del brigadier español Mariano Osorio.Tras el plebiscito se resolvió plasmar, a imitación de lo realizado en otros países, la declaración de independencia en un acta en que se expresase, de modo claro y conciso, la voluntad del pueblo chileno y, a la vez, publicar un manifiesto oficial en que se expusieran los fundamentos y razones para tal decisión.[1] Sin embargo, Oliver reconoce que no hay comprobación documental sobre este hecho y menos sobre el paradero de dicha declaración.[10] Los testimonios documentales son escasos y, la mayoría de los acontecimientos que rodearon esta declaración, descansan en la tradición oral local.A su vez, Luis Valencia Avaria agrega que en esa ocasión se ofreció una misa, oficiada por el presbítero José Ignacio Cienfuegos, y frente al cuartel en la plaza se colocó una mesa y una silla propiedad del coronel Patiño, dueño de la propiedad ubicada en la actual calle O'Higgins 935 de Concepción.[1][2] O'Higgins, aprobó el acta el 2 de febrero, introduciéndoles cuatro enmiendas manuscritas, para ser agregadas antes de que fuera impresa, pero ello no fue posible pues ya se encontraba editada.El documento de proclamación fue firmado debido a dichas circunstancias y fue guardado así en los archivos.En 1832, el presidente José Joaquín Prieto, considerando que tan importante documento debía conservarse en el Palacio de Gobierno, ordenó que se lo reconstituyera bajo la dirección de Miguel Zañartu.Durante dicho suceso, según la versión más difundida, fue destruida por un miembro del ejército.De acuerdo a este relato, cuando comenzó a quemarse el salón Carrera, el acta que se encontraba en una vitrina, logró ser rescatada y fue entregada al presidente Salvador Allende, quien la guardó.Este último le habría solicitado a Eduardo Paredes que le entregara el acta a Miria Contreras —más conocida como la "Payita"—, secretaria privada de Allende, para que la protegiera.Más, no permitiendo las actuales circunstancias de la guerra la convocación de un Congreso Nacional que sancione el voto público, hemos mandado abrir un Gran Registro en que todos los ciudadanos del Estado sufraguen por sí mismos, libre y espontáneamente, por la necesidad urgente de que el Gobierno declare en el día la independencia, o por la dilación o negativa.Hecho esto, el ministro Zañartu tomo juramento simultáneo a las demás autoridades y funcionarios públicos.Las fiestas públicas en Santiago, por la proclamación y jura de la independencia, continuaron hasta el día 16.