Además, mediante este tratado, se incorporó el archipiélago de Chiloé al territorio chileno.
En su artículo 1.º se indica que (en ortografía original): Chiloé era un enclave realista estratégico que había logrado rechazar los anteriores intentos de anexión en 1820 y en 1824 y que había enviado tropas a combatir a «los rebeldes de Chile» desde 1813 hasta 1820 (ver: Combate de El Toro).
Por el ejército real fueron comisionados para tal efecto los señores Saturnino García y Antonio Pérez, mientras que por parte del ejército republicano participó el coronel José Francisco Gana y el abogado y teólogo, Pedro Palazuelos Astaburuaga.
Fue ratificado al día siguiente en el cuartel general de San Carlos, por el general Ramón Freire, director supremo de Chile y comandante general de la invasión a Chiloé.
[2] El 8 de febrero se mandó jurar la independencia en todos los partidos del archipiélago.