El vanadio es el elemento cuyo número atómico es 23, y hace referencia a la diosa escandinava de la fertilidad, Freyja o Vanadis.
Posteriormente, Friedrich Wöhler confirmó los trabajos anteriores realizados por Andrés Manuel del Río.
[2] George William Featherstonhaugh, uno de los primeros geólogos norteamericanos, sugirió que a este elemento se le diera el nombre de rionio, en honor a su verdadero descubridor, pero esta sugerencia nunca se tomó en cuenta.
Tras muchos análisis se concluyó que el niobio y el columbio son un mismo elemento químico.
Los miembros hispanohablantes de la IUPAC, entre otros, han impugnado esta recomendación y abogan por la adopción del nombre de Wolfram en inglés y su correspondiente wolframio o volframio en español, de acuerdo con el símbolo químico que lo representa W. La gadolinita, mineral descubierto en 1800 por Johan Gadolin al que puso su nombre, estaba compuesta por tierras raras ricas en elementos lantánidos.
Independientemente, Carl Auer von Welsbach también hizo este mismo descubrimiento, denominando a ambos elementos aldebaranio y casiopio respectivamente.
Esto trajo problemas cuando varios grupos reivindicaron simultáneamente el descubrimiento de un nuevo elemento.
[14] Esta regla fue firmemente objetada por la Sociedad Americana de Química, pues ya hubo precedentes con el einstenio y el fermio.
No obstante, aunque el nombre de rutherfordio fue respetado, el hahnio fue rechazado definitivamente al ser sustituido por dubnio.
Fue sintetizado e identificado sin ambigüedad en 1981 por un equipo de Darmstadt, (Alemania) dirigido por P. Armbruster y G. Müzenberg.
El Hasio fue sintetizado por primera vez en 1984 por el grupo de investigación alemán Gesellschaft für Schwerionenforschung localizado en Darmstadt.
Los alemanes descubrieron el elemento 109 y propusieron el nombre de Meitnerio en honor a esta científica.
Aparece en diversas publicaciones y en internet el nombre de Nectariel, Nectarten o Nectarium con el símbolo Nc, pero no hay ninguna mención oficial a este respecto.