La palabra samurái procede del verbo japonés saburau que significa «servir como ayudante».
La palabra «samurái» fue utilizada por otras clases sociales, mientras que los guerreros se llamaban a sí mismos mediante un término más digno, bushi.
dice el Hagakure, una explicación del bushido de 1716 cuyo título significa literalmente "Oculto en las hojas."
Debe resaltarse que el término se refiere a superioridad moral no vinculado al origen social.
La rama Zen del budismo se adapta a las características guerreras del samurái y a su culto al valor lo que se plasma en el haiku: Honor a la espada del enemigo, sólo herirá la brisa de la primavera Por otro lado, el sintoísmo otorgó al bushidō valores éticos de afinidad y amor por todas las cosas vivas, y una profunda enseñanza de la lealtad con el soberano en su aspecto más tradicional.
El bushidō noblemente aplicado es un código moral que actualmente en boca de muchos pueden ser palabras deleznables, pero para otros ojos más sentimentales, hoy en día puede constituir valores de nobleza y humanidad.
Un samurái debe tener valor heroico aceptando los riesgos que implica ser fiel a los propios principios.
Esto le lleva a vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa.
Es respetuoso con sus enemigos porque sin esta muestra directa de respeto, se estaría comportando como un animal.
Un samurái recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás.
Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad.
Para el samurái, las palabras de un hombre son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que vaya.
A manos vacías, se destacó el sumai, antecesor del sumo, y el denominado Jūjutsu también conocido como Yawara (una de las más antiguas artes marciales del Japón, atribuido a Kamakura Ushogi en las eras Heian y Fujiwara).
Los códigos buscaban incorporar al guerrero psicológicamente a la sociedad civil en tiempo de paz.
Algunos personajes importantes en la creación, desarrollo y preservación del bushidō son: En Occidente se ve con romanticismo esta filosofía.
Esto no es muy sorprendente, si se tiene en cuenta que los samurái controlaron el gobierno al menos 676 años, posiblemente durante más tiempo.
Había ideas que contrastan totalmente con la versión arreglada y reformada de más adelante.
Por tanto, el bushidō en sus orígenes, era una especie de manual para adoctrinar a la clase samurái y crear guerreros letales para la guerra o los intereses políticos de los señores feudales, máquinas eficaces que no cuestionaran órdenes y que no tuvieran sentimientos, dispuestos a morir o matar en cualquier momento por su señor.
Al principio no había ninguna clase de ética en esto, ya que la ética tal y como la conocemos hoy día, es algo que surgió de la cultura occidental, y que no llegó a Japón hasta la llegada de los barcos negros y el fin del Sakoku (aislamiento del país al exterior).
El código del bushidō por tanto, no es algo fijo e inamovible, sino que fue evolucionando junto con las artes marciales japonesas y la filosofía unida a ellas, influida esta última por los cambios en el propio país y las nuevas ideas venidas del extranjero.