[2] En español se utiliza más la forma harakiri frente a la variante haraquiri,[3] aunque ambas grafías son aceptadas por la RAE.Previamente a ejecutar el seppuku, se bebía sake y se componía un último poema de despedida llamado zeppitsu o yuigon, casi siempre sobre el dorso del tessen o abanico de guerra.Además, el samurái no moría al instante, sino que sufría una agonía de varias horas.Puesto que ni el practicante de seppuku quería sufrir tanto ni al público le agradaba contemplar tan macabro espectáculo, se ponía a disposición del practicante un ayudante en el suicidio, kaishaku en japonés.Previamente, la mujer debía atarse con una cuerda los tobillos, muslos o rodillas para no padecer la deshonra de morir con las piernas abiertas al caer.De todos los guerreros empleados del clan Asano, solo se comprometieron a colaborar en la venganza unos 60, firmando con su sangre un documento.Muchos de los guerreros que se habían comprometido flaquearon y abandonaron su causa.Al negarse, fue decapitado, tras lo cual recogieron la cabeza y se dirigieron a ofrecerla en la tumba de su amo, que había sido enterrado en el templo budista Sengakuji.Después de esos dos años, los enviados del shōgun reportaron lo sucedido y la vigilancia fue retirada, siendo esta la oportunidad que los rōnin esperaban para vengar a su daimyō.Esta historia fue llevada al cine en 1962 por el director Hiroshi Inagaki con la actuación del actor Toshiro Mifune.Por orden cronológico: Si bien en Japón el seppuku fue oficialmente prohibido en 1873 como pena judicial, su práctica real no ha desaparecido por completo.Su kaishakunin, un hombre de 25 años llamado Masakatsu Morita, intentó tres veces decapitarlo sin éxito.Aunque sus cortes no fueron lo suficientemente profundos para ser mortales, hizo una señal a Koga para que también lo decapitase.