Junto con Konishi Yukinaga capturó Seúl y Busán entre otras ciudades clave.
Como miembro devoto del budismo, Kiyomasa alentó la construcción de los templos Nichiren.
Kiyomasa fue famoso por suprimir el cristianismo,[3] por lo que ordenó durante la Batalla de Hondo que se abrieran todos los vientres de las mujeres cristianas embarazadas y le cortaran las cabezas a sus bebés.
En sus años posteriores, Kiyomasa trató de fungir como mediador en las cada vez problemáticas relaciones entre Ieyasu y Toyotomi Hideyori.
Fue enterrado en el templo Honmyō en Kumamoto, pero también tiene tumbas en la Prefectura de Yamagata y en Tokio.