[1] Mientras en Navarra la guerra civil estalla entre su padre y hermano Carlos, príncipe de Viana, Blanca vive en Castilla un infeliz matrimonio, el cual será finalmente anulado por no consumación[3] el 2 de mayo de 1453, aduciendo el príncipe Enrique que una "impotencia recíproca debida a influencias malignas" le impidió intimar con su esposa.
[4] Blanca regresa a Navarra repudiada y sin los bienes acordados en las capitulaciones de su matrimonio por haber sido este anulado, teniendo su padre Juan II que encargarse de sus necesidades, hecho que no le importaba mucho, pues el rey sentía una completa aversión tanto por ella como por su hermano mayor Carlos de Viana; su hermana menor Leonor, condesa de Foix, tampoco le tenía estima, y Juana Enríquez, su madrastra, cuya única preocupación era colocar a su hijo Fernando en el trono de Navarra, hizo lo posible por perderla.
[6] El rey Juan II, furioso por la rebeldía de su hija, reacciona airadamente y la entrega a su otra hija Leonor y a su marido, el conde Gastón IV de Foix.
Unos días después (30 de abril), en San Juan Pie de Puerto, y temiendo que los que pretenden sus derechos le quiten la vida, hace testamento designando como heredero a su exmarido y ahora rey Enrique IV de Castilla[4] (lo que habría supuesto la unión de las coronas de Navarra y Castilla).
[4] En contra de lo dispuesto legítimamente por Blanca, Juan II siguió como rey en Navarra hasta su muerte (en 1479), y fue sucedido por Leonor.