Beatriz pasó gran parte de su infancia en Malta, donde su padre servía en la Marina Real británica.
Por ello, el duque y la duquesa de Edimburgo viajaron poco después a Coburgo con sus cinco hijos, donde fijaron su residencia.
[4][5] En 1902 se enamoró del gran duque Miguel de Rusia, el hermano menor del zar Nicolás II de Rusia, por entonces heredero al trono imperial.
[Nota 1][7] La manera en que se realizó el enlace fue considerada inapropiada en España porque, aunque la pareja había sido animada al noviazgo por los propios reyes de España, no se había informado de la boda ni al rey ni al gobierno español, que tenían que dar permiso para la realización de una boda dentro de la familia real.
Por ello, el infante fue privado de su tratamiento, suspendido en el ejército español y la pareja tuvo que vivir en el exilio, estableciéndose en Coburgo, hasta que en 1912 les fue permitido regresar a España, ya rehabilitados en sus títulos, y se les dio un importante lugar en la corte y en los actos oficiales y privados de la familia real.
[8][2] En 1916, ella y su esposo fueron desterrados de España, en un exilio que duró ocho años, en Suiza.
En realidad, se trató de una intriga palaciega contra el matrimonio, cuyo motivos todavía no han sido aclarados por completo.
En primer lugar, se los acusó de germanófilos, en plena Primera Guerra Mundial, diciendo que el matrimonio y la madre de infante, la infanta Eulalia de Borbón, se habían manifestado públicamente a favor del bando alemán, lo que dada su posición en el Estado resultaba una ofensa a los aliados y perjudicaba la neutralidad española.
Como remate, se lanzó el rumor de que ella era una manipuladora, que pretendía controlar a la reina Victoria Eugenia y ser amante egregia de Alfonso XIII, para ejercer influencia germanófila sobre él.
[9] Tras la proclamación de la Segunda República española en 1931, el rey Alfonso XIII y su familia se exiliaron.