En represalia el presidente Salamanca ordenó la captura de tres fortines paraguayos:Corrales, Toledo y Boquerón.Esta orden, que respondía a razones políticas, selló la suerte militar de Marzana y sus fuerzas.Dos Divisiones paraguayas, la 1.ª al mando del mayor Carlos Fernández y la 2.ª al mando del teniente coronel Luis Ayala, con un total de 5000 hombres atacaron a la 4.ª y 7.ª División bolivianas con un total de 4000 hombres al mando del general Quintanilla dispersas en una amplia zona que cubría los fortines Muñoz, Saavedra, Toledo, Arce, Castillo, Yujra, Lara, Ramírez y Boquerón.A las 05:30 de la mañana, la artillería paraguaya abrió fuego sobre el fortín Boquerón provocando las primeras bajas bolivianas.Quintanilla, que también anunció a la prensa el “suicidio” del teniente coronel Estigarribia, no tenía en ese momento ninguna certeza sobre el contenido de este mensaje que envió al Estado Mayor General de La Paz.En los alrededores, desde los bordes de los montes e islas, comenzó a controlar los caminos que iban al fortín.Transportaba alimentos, municiones y dos ametralladoras Vickers, que fueron ubicadas en la denominada "Punta Brava", sector potencialmente vulnerable del fortín.El teniente coronel Estigarribia reajustó sus planes, pues informes de prisioneros bolivianos indicaron que el ejército boliviano cuenta en ese momento con 6000 combatientes y 600 oficiales aunque en Boquerón sólo están rodeados 619 hombres: su comandante, un mayor, 4 capitanes, 7 tenientes, 14 subtenientes, 2 médicos, un enfermero, un chofer y soldados.La nueva táctica consistió en plantear un sitio formal con hostigamiento de morteros y ametralladoras en tanto que las acciones principales se trasladaron más allá del fortín.A la noche, un mensajero de Marzana se infiltró entre las fuerzas paraguayas llevando un comunicado para el coronel Peña.No ocurrió lo mismo con el destacamento Peñaranda que fue detenido por los regimientos "Corrales" e "Ytororó" a mitad de camino.En pocas horas perdió más del 50% de sus fuerzas y se retiró gravemente herido rumbo a Yujra.El movimiento del ejército paraguayo se observó en la polvareda provocada por decenas de camiones que proveen municiones, víveres y sobre todo agua.El ataque de todos los días se realizó por la tarde, con los mismos resultados anteriores: los paraguayos, pese a sus denodados esfuerzos, fueron violentamente rechazados.Estas tanquetas resultaron de poca utilidad en el denso y caluroso monte chaqueño, al igual que los más pesados tanques Vickers tipo Mk.E (A o B).El día 16, a las 09:35 Peña le comunicó al general Quintanilla que Boquerón no tenía munición ni víveres.[13] Más tarde Quintanilla (cifrado 1107) le transmitió al General Osorio en La Paz que la situación era grave por la creciente presión enemiga sobre Yujra.Sin embargo, horas después Osorio preguntó: "Por su cifrado 140 hago deducción que tropa Boquerón encuéntrase completamente sitiada.Quiero saber qué medidas ha tomado para romper [el cerco]" confundiendo de esta manera al general Quintanilla.Esa fuerza, comandada por el mayor Arturo Bray, estaba compuesta por 1600 hombres y era considerada la mejor unidad del ejército paraguayo.[15] El regimiento "Ytororó", que se encontraba de reserva, inició un rápido contraataque para cerrar esta imprevista brecha.Sin embargo, como en el fortín había una acuciante escasez de víveres y solo podían permanecer las fuerzas indispensables para la defensa, tuvieron que salir combatiendo contra el regimiento paraguayo "Mongelós" sufriendo considerables bajas y heridos.El coronel Francisco Peña alertó a su jefe, el general Quintanilla: Este escueto y excelente informe de situación del coronel Peña reunió todos los elementos tácticos y estratégicos que explicarían los posteriores tres meses del avance paraguayo hacia Saavedra.La aviación boliviana continuó lanzando víveres y municiones que se perdieron en gran parte al impactar en tierra o caer en poder del enemigo.La Comisión le respondió que la propuesta hecha oportunamente a las partes se refería al cese de las hostilidades en todo el Chaco.Se planificó un asalto decisivo concentrando en un punto 2000 hombres que apoyados por la artillería debían abrir una brecha de 200 metros.Los pocos víveres y pertrechos que lanzaron los aviones, no aliviaron en nada esa difícil situación.La suerte de Marzana ya estaba echada: Murió en Boquerón el capitán Tomás Manchego, otro experimentado oficial boliviano.Boqueron era un punto adelantado y aislado, ubicado a unos 8-12 km de los fortines bolivianos más cercanos, en una zona donde era difícil mantener una brecha abierta para el aprovisionamiento.Esas fuerzas, imprescindibles en ese momento, hubieran resistido con más posibilidades en la línea Yujra-Arce hasta la llegada de nuevos refuerzos.
Emboscada al mayor Lairana.
Rojo: fuerzas bolivianas.
Azul: fuerzas paraguayas.
Bloqueo de Peñaranda.
Rojo: fuerzas bolivianas.
Azul: fuerzas paraguayas.